IMPORTANCIA DE LA INVERSIÓN PRIVADA EN LORETO-PARTE 1
Rommel Marino Pinedo Reategui
El presente artículo pretende que el lector tenga una idea clara de lo que significó antes y lo que significa ahora la inversión privada en cualquier parte del mundo y en particular en nuestra región Loreto.
Debo empezar afirmando que Loreto hoy es inviable para nuevas inversiones del sector privado debido a que la región no es competitiva por el lado que se le mire. Ningún empresario privado, peruano o extranjero estaría dispuesto a invertir en una región sin horizonte, sin planificación, sin derrotero; en estos primeros 20 años del siglo XXI, el mundo más desarrollado vive la era de la creatividad, de la innovación, de la competitividad, de la industria del conocimiento, en la cual Loreto lamentablemente no encaja en el sistema que exige la globalización.
La historia económica y social de nuestra región nos señala que Loreto se desarrolló en base a la producción interna de sus recursos naturales que tenía mercado asegurado por la conexión directa con Estados Unidos y Europa. Cuando Perú se independizó en 1,821, Loreto formaba parte de la esa gran Amazonía, prácticamente sin fronteras, que compartía con los actuales países de Colombia y Brasil. Los años post independencia y el periodo de años que quedaba para terminar el siglo XIX y los primeros 25 años del siglo XX Loreto fue una zona en abandono por parte del Estado. A falta de presencia del Estado, aparecieron personas y familias en su mayoría no oriundas de la región estableciéndose en diferentes poblados de Loreto a lo largo y ancho de los más importantes ríos como el Amazonas, Ucayali, Marañón, Napo, Huallaga, entre otros. A ellos se sumaron familias de origen extranjero, principalmente europeas, que apostaron por invertir en el desarrollo de la amazonia peruana. Estas familias peruanas y no peruanas fueron los primeros inversionistas que empezaron a crear riqueza, a crear fuentes de empleo, contribuyeron al crecimiento de la Ciudad de Iquitos, a dar un nuevo rostro a Loreto. Por aquellos tiempos para los peruanos costeños, la Selva y particularmente Loreto, no existía.
El flamante Estado peruano liberado del yugo español en 1,821, siempre estuvo alejado y apartado de nuestra región y se hace presente en Loreto en el año 1,864 con la llegada al entonces Puerto de Iquitos de pequeños buques de la armada con el Próspero a la cabeza. Luego se olvida que esta parte del Perú existía y recién se acuerda al quedar diezmado después de la Guerra con Chile en 1,879; el centralismo costeño estaba quebrado y vió que llegó el momento de empezar a ver esta otra parte del país llamado Loreto, observando que habían recursos generados por la inversión privada, los cuales se producían y exportaban a través de la vía fluvial-marítima con destino a los mercados de Estados Unidos y Europa; era pues el momento de poner interés y tomar la decisión de venir a domesticarnos. Una de las primeras medidas del Gobierno de esos tiempos fue establecer la Aduana en la Ciudad de Iquitos, con la finalidad de captar ingresos mediante la aplicación de impuestos a las exportaciones generadas 100 % por iniciativas privadas.
A pesar de las adversidades, estos primeros inversionistas privados siguieron adelante en sus proyectos, contándose entre los productos de exportación los siguientes: sombreros panamá, jebe en sus diferentes formas, maderas finas, algodón, semillas de tagua, barbasco, pieles y cueros de diferentes especies de fauna, café, leche caspi, balata, aceite de palo de rosa, etc., que se embarcaba en Buques de compañías inglesas de navegación en el Puerto de la Ciudad de Iquitos. Paralelamente había producción para el consumo de la región, como arroz, frijoles, plátanos, yucas, harinas y almidones, a la que se sumaba la gran cantidad de productos alimenticios y de consumo que distribuían las casas comerciales exportadoras e importadoras que se habían instalado en la naciente Ciudad de Iquitos. La caída del precio de los productos de jebe en el año 1,914 que Loreto vendía al exterior originada como consecuencia del ingreso al mercado de la producción de las plantaciones de productos similares en las Colonias del sudeste asiático de algunas potencias europeas (ejemplo: Inglaterra) y también debido al estallido de la Primera Guerra Mundial (1,914-1918) produjo en Loreto una profunda recesión que hizo que se desarrollara la economía fundaria, cuya base eran los Fundos que se establecieron en lugares estratégicos a la orilla de los ríos mayores. Merece resaltar también la importante inversión en el transporte fluvial, tanto de pasajeros como de carga, propiedad de empresarios afincados en Iquitos; no debe obviarse la inversión en una incipiente industria ligera, como son los aserraderos, destilería de aceite de palo de rosa, aceite de pepita de algodón, botones de tagua, factorías para mantenimiento de los buques navales de itinerario regional e internacional, además de fabricación de escobas, hielo, pan, galletas de agua, fideos, jabón y losetas para piso.
Realmente el Estado recién empieza a invertir en Loreto después de un siglo de indiferencia, lo que motivó varios intentos de rebelión federalista como las de los Militares Mariano José Madueño y José Ricardo Andrés Seminario y Aramburú en 1,896, y del Capitán Guillermo Cervantes Vásquez en 1,921.
La conexión con la Costa se produce a partir del año 1,942, con la inauguración de la carretera Lima Pucallpa, en tanto que después de la Segunda Guerra Mundial, recién el Estado empieza a construir algunas obras en infraestructura educativa y la instalación de bases militares de las fuerzas armadas en Iquitos, fenómeno que yo lo llamo militarización de Loreto, porque además de las bases acantonadas en Iquitos (cuarteles en la Ciudad de Iquitos de la Marina, La Fuerza Aérea y el Ejército), se instalan Unidades Militares y Puestos de Vigilancia en diversos puntos estratégicos de la región, siendo las más importantes, Barranca en el rio Marañón, Curaray en el rio Napo y Pijuayal en el rio Amazonas.
Pero la inversión privada continuó siendo el motor de la economía de Loreto a partir de la década de 1,950, pues se instalaron más aserraderos, curtiembres, molinos de arroz, astilleros navales, etc. En la década de 1,960 la inversión privada se centralizó en el comercio, como consecuencia de las leyes con beneficios tributarios promulgadas durante el primer Gobierno de Fernando Belaunde; se produjo un gran movimiento comercial teniendo como epicentro a la Ciudad de Iquitos y la aviación comercial de pasajeros y carga tuvo también un auge importante. Una compañía aérea operaba en vuelos directos de Estados Unidos o Panamá hacia Iquitos, trayendo mercadería importada y retornando con animales vivos (monos).
Los volúmenes de inversión privada tuvieron su pico más alto a partir de la década de 1,970, con el hallazgo de importantes yacimientos de petróleo en la Selva Norte de Loreto; importantes empresas petroleras del exterior fueron autorizados por el Estado a invertir en exploración y explotación de hidrocarburos. La actividad hotelera, casas de alquiler, restaurantes se multiplicaron. La inversión en navegación también creció sostenidamente entre los años 1972 y 1,995 transportando ingentes volúmenes de carga para la industria petrolera.
También a partir de los años 1,970 la industria de la madera empezó a crecer sostenidamente, instalándose aserraderos modernos y plantas de madera contrachapada (triplay), con la inclusión de hornos de secado, producción destinada en más del 80 % a las exportaciones.
En esta parte es necesario detenerse para comentar la inversión del Estado (Gobierno Militar) en la construcción del Oleoducto Selva Norte-Costa Norte para transportar el crudo producido por las empresas extranjeras contratadas por el Gobierno. Esta es quizás la mayor inversión que hizo el Estado en Loreto entre los años 1,973-1,977, es decir hace más de 40 años. Acá quiero ser muy crítico, todos los Gobiernos, sin excepción, no tomaron en cuenta que esta serpiente de acero llamado oleoducto necesitaba en el corto y mediano plazo, inversión en mantenimiento y en el largo plazo inversión en sustitución materiales y de tecnologías de última generación que no se hizo, o se hizo mal. Los funcionarios del Estado a cargo de la empresa petrolera estatal seguramente creyeron y aun creen que ese viejo oleoducto de más de 45 años de uso tendría una operatividad eterna, sin tener en cuenta que el promedio de vida útil de un oleoducto construido en base a acero al carbono es de 20 a 25 años.
Pero, la falta de inversiones del Estado en Loreto no solo pasó por la desidia e indiferencia de los gobiernos centralistas desde los albores de la independencia y desde la creación del Departamento de Loreto el 07 de Febrero de 1,866, para crear las condiciones de competitividad regional que atraigan a los inversionistas, sino que, los gobiernos que se alternaban en Lima, no se interesaron en atender a ésta región que también era peruana; es por ello que se incubaron en el tiempo un descontento generalizado en la ciudadanía, en las comunidades, en la sociedad organizada empresarial o no empresarial, incluso en las autoridades regionales designadas por el mismo Gobierno.
Esta situación motivó que, a lo largo de la historia sucedieran varios intentos de rebelión federalista y posteriormente jornadas de luchas y protestas de la población y la sociedad organizada para reclamar la falta de atención a la región. Entre estos hechos que marcaron hitos en la historia económica y social de Loreto podemos citar:
-El movimiento federalista encabezado por Madueño y Seminario el 02 de Mayo de 1,896 que para debelar el Gobierno envió dos expediciones terrestres del ejército y una expedición naval de 292 hombres atravesando el estrecho de Magallanes al sur del Continente. Este levantamiento ocurrió durante el Gobierno de Nicolás de Piérola, quién en su campaña electoral había ofrecido federalizar al Perú.
-El movimiento también federalista encabezado por Cervantes el 05 de Agosto de 1,921, cuya debelación llegó a su fin recién el 29 de Diciembre de 1,921
- El Incidente de Leticia o Toma de Leticia por un grupo de ciudadanos peruanos con el nombre de “Junta Patriotica Nacional” el 01 de Setiembre de 1,932, Ciudad que el Gobierno había cedido a Colombia en 1,922 mediante el Tratado Salomón-Lozano. El Presidente Oscar R. Benavides cuando asumió el Gobierno en 1,933 ordenó la devolución de Leticia.
El descontento manifestado por la población y sociedad loretana a lo largo de los años, hizo que el Estado empezara a mirarnos de otra manera. Por ello, en 1,938 se promulgó el Convenio de Cooperación Aduanera entre el Perú y Colombia que involucró una serie de exoneraciones tributarias orientadas a facilitar un mejor abastecimiento de la región selvática; en 1,959 se dieron leyes para detener el estado de postración de la selva e impulsar su más rápida recuperación y prosperidad; en 1,965 se promulgó la Ley 15600 que declaró zona liberada de impuestos a la Región de la Selva del país por 15 años, la misma que a su vencimiento fue prorrogada hasta 1,990; en 1,976 mediante Decreto Ley 21678 se creó el canon a favor de Loreto equivalente al 10 % ad valorem de la producción, norma legal que no se aplicó sino hasta que se dieron las presiones y protestas de la población y sociedad civil organizada a través del Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo de Loreto.
Sin embargo, fue a partir de la década de 1,980 cuando los sucesivos Gobiernos empiezan a retirar de a poco los beneficios otorgados a la región, que en un principio, al no ser percibidos por la población, como que los loretanos estaban adormecidos por lo que no hubo reacciones. Fue a partir del año 1,992 en que se organiza la población y la sociedad dando renacimiento al Frente Patriótico de Loreto (FPL), para luchar contra el elevado costo de vida producido a raíz de las medidas económicas aplicadas por el Gobierno de Fujimori, contra el silencioso recorte de beneficios tributarios que empezaba ya a sentir la población y por supuesto contra la política entreguista del Gobierno después del conflicto con el Ecuador del año 1,995, en que se empieza las negociaciones de paz con dicho país, enervando las venas del regionalismo dormido y el temple patriótico del loretano oriundo.
En estas negociaciones por la paz, donde no tenía participación la población de Loreto, que históricamente estuvo en contra de las intenciones del Ecuador, siendo así que la provincia de Maynas seguía apareciendo en el mapa político de dicho país, el FPL descubrió que el Gobierno Peruano ofrecía entregar al Ecuador los Centros de Comercio y Navegación de Pijuayal y Saramiriza, consistente en áreas de 150 hectáreas, en los cuales podían instalarse empresas ecuatorianas gozando de los máximos beneficios de carácter económico y tributario, beneficios que en Loreto se iban recortando cada vez con mayor intensidad. En estas circunstancias de lucha, a raíz de los luctuosos sucesos de Octubre de 1,998, el Gobierno promulga la Ley 27037- Ley de Promoción de la Inversión en la Amazonía, con vigencia a partir del 1 de Enero de 1,999. Esta Ley, que si bien es cierto dispone una vigencia de 50 años, contenía una serie de trampas con plazos cortísimos de algunos beneficios, lo cuales mantenían a los inversionistas con los nervios en punta, dada la inseguridad e inestabilidad jurídica.
A fines del año 2,018, cuando en nuestra ciudad y región se satanizaba a los inversionistas del sector comercio, y se hacía campaña para retirar los beneficios del Reintegro Tributario que gozaban un grupo de productos de consumo popular en Loreto, nadie se imaginaba que se negociaba también el retiro de las exoneraciones que se gozaba con la Ley 27037, beneficios que nunca debieron tocarse, muy por el contario prorrogarse por un plazo mínimo de 10 años o talvez hasta el año 1,948 como manda la referida Ley.
Conseguir esta Ley le costó a la población varios años de lucha y el costo de su retiro es de 70 millones de soles anuales que irán a engrosar las arcas de los Gobiernos regionales y locales.
Para ilustración de los lectores, la mutilación de la Ley 27037, afecta directamente a productos que consume el poblador amazónico de la región, tales como: medicinas, insecticidas y fungicidas para de uso agrícola, boyas y flotadores para redes de pesca, cordeles y drizas para usos en redes de pesca, calzados (botas) de jebe, paraguas y sombrillas, calaminas para techo lisas y onduladas, cables para la actividad e industria maderera, flejes metálicos para embalaje, machetes y cuchillos, linternas de todo tipo, anzuelos y arpones para la pesa artesanal, termos y similares, cemento, etc. Además de un grupo de productos alimenticios como aceites comestibles, azúcar, alimentos para la acuicultura, entre otros.