EL PÉNDULO DE LA HISTORIA ECONÓMICA: UN AÑO DE GESTIÓN SIN SALIR DEL SOCAVÓN
Alexci Igor Chong Ríos
Empecemos mirando un poco el retrovisor. Nuestra economía ha experimentado un ciclo de 40 años con una fase expansiva desde 1950 a 1975 y otra recesiva a partir de 1976 hasta 1992. Durante la fase expansiva el PBI per cápita creció 2.57% y en la recesiva fue de -1.59%. El inicio de la fase expansiva se dio desde el inicio del gobierno de Odría en los años 50 quien implemento una economía ortodoxa de libre mercado, como libertad a la propiedad privada, incentivo al capital extranjero a invertir, reducción de impuesto a las exportaciones, etc. En resumen, se incentivó las exportaciones de materia prima (oro, plata, algodón, azúcar, lana, etc.) con énfasis en la inversión extranjera. A partir de 1968 cambió el péndulo y se orientó la estructura económica en sentido contrario. Se intervino y reguló el mercado, se intervino la propiedad privada y se crearon comunidades agrarias, mineras, pesqueras e industriales. Se estatizaron sectores estratégicos como petróleo, cemento, energía. Se crearon más de 150 empresas públicas. En resumen, existió un capitalismo estatal. El siguiente cuadro muestra la evolución del PBI en los diferentes gobiernos.
A inicios de los años 91 el péndulo volvió a cambiar de dirección y se cimentaron las reformas estructurales con un cambio constitucional para instaurar un modelo de corte liberal. El PBI promedio desde 1991 a la fecha creció en promedio 4%. Sin embargo, es importante mostrar un marco de este modelo con características similares al periodo 1950 a 1975.
Primero, no tuvimos elección. Después de la ruina que nos dejó el primer gobierno de García y ante el triunfo de la corriente económica liberal a nivel mundial tuvimos que aceptar las condiciones implantadas en el consenso de Washington: apertura al mundo y permitir que la economía sea de libre mercado. No olvidemos que el país estaba en quiebra y las empresas públicas quebradas. El siguiente cuadro muestra las utilidades de las principales empresas de aquel entonces.
Segundo, como consecuencia de este aperturismo nuestra economía es más dependiente y vulnerable de factores externos, menos industrializado, más exportador de materia prima y mayor desigualdad en la distribución del ingreso.
Tercero, el crecimiento está atado al precio internacional de las materias primas y al gasto social, que para justificar la recaudación se persigue a quienes menos tienen, los más vulnerables.
Cuarto, la economía es liderada por el comercio, minería y otros servicios. Considerando que en el comercio y otros servicios trabaja cerca al 75% de la PEA con trabajadores de baja calificación y sueldos entre 600 y 800 soles.
Quinto, el modelo liberal busca invertir fácil. Promueve la inversión extranjera la cual se ubica en minería, comercio y servicios. Generan utilidades y luego envían de retorno a sus respectivos países. Es un modelo exportador neto de capitales. Desde 1990 al 2015 las inversiones extranjeras ascendieron a US$ 96,629 millones de dólares. Sin embargo durante el mismo periodo reenviaron a sus países de origen 102,406 millones de dólares.
¿Cuál es el balance al actual gobierno? Paso al continuismo con un “dream team” de insoportables ministros esnobistas. El crecimiento en el primer trimestre fue de 1.1% (inferior al primer trimestre del 2016), ante este descenso y golpeado por fenómenos naturales el gasto público apenas se incrementó en 0.8%, siendo aún menor que el 2016 (-4.8%). La informalidad no ha disminuido (14% de informales tienen título universitario), más de 49 mil millones de dólares de proyectos mineros están paralizados, huelgas por mejoras salariales en el sector educación, salud, fiscalía, poder judicial. ¿Qué se espera? Lo más importante que se anuncia: el ministro de economía proyecta una expansión del gasto público en 19.3% para este segundo semestre a la par con el presidente del BCR quien pálidamente dio su aprobación para una expansión del gasto en el presente año del 7%.
El problema del crecimiento económico liberal en nuestro País es que su naturaleza es primario exportador, significa que solo creceremos con exportación de materias primas, no con productos con valor agregado. Tal es así, que los tratados de libre comercio que ha firmado el País aseguran que seguiremos contribuyendo a la brecha comercial, importando productos industrializados ya que éstos tratados se han firmado con potencias industrializadas y con países que se encuentran en la frontera tecnológica de vanguardia. Se requiere con urgencia política contra cíclicas, que son aquellas que van en dirección opuesta al continuismo de las actuales políticas macroeconómicas (aumento del gasto público, reducción de la tasa de referencia, etc.) con fortalecimiento mediante inversiones en las industrias estratégicas con valor agregado. Caso contrario, seguiremos complacientes con la falacia o ingenuidad extrema, más cercana a la religión que a la ciencia, que el libre mercado es la solución al problema de las sociedades.