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Pobreza No Monetaria en Loreto 2007 - 2012

Mario Andre López Rojas

La pobreza es un fenómeno multidimensional y según la literatura su estimación o cálculo tiene dos enfoques: Pobreza Subjetiva, que trata sobre encuestas a los individuos acerca de su apreciación del grado de satisfacción de las necesidades básicas o del monto requerido para satisfacerlas (percepción sobre el monto mínimo mensual para vivir, gobernabilidad, democracia, derecho a la justicia, etc.) y; Pobreza Objetiva, la cual se divide en pobreza monetaria (línea de pobreza absoluta y línea de pobreza relativa) y pobreza no monetaria (Necesidades Básicas Insatisfechas, Indicadores Antropométricos, Índice de Desarrollo Humano, índice de oportunidades, entre otros).

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En mi anterior artículo traté de describir algunos aspectos sobre la definición y cifras de la pobreza monetaria; en esta oportunidad vamos a contrastarla con la otra forma de medir de manera objetiva la pobreza, es decir con la Pobreza No Monetaria.

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La estimación de la pobreza no monetaria surge como respuesta a la limitación del enfoque de la pobreza monetaria. Mientras, esta última sólo evalúa el nivel de gasto de las familias en determinado período de tiempo y lo compara con una línea de pobreza (LP); la pobreza no monetaria medido a través del método de Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) está basada en el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM) generado a partir de 9 componentes que se relacionan con SALUD, EDUCACIÓN y CONDICIONES DE VIDA de la población. Estos componentes buscan reflejar las privaciones a las que se encuentran sometidos los individuos tanto en el corto como en el largo plazo. Además, permite visibilizar geográficamente las carencias que ocultan otros indicadores, lo que le permite ser un buen instrumento de guía para la focalización del gasto público en general y del gasto social en particular.

Para el caso del departamento de Loreto, en el año 2007, el 71,6% de la población total era pobre; mientras que, para el año 2012 representa el 65,1%, es decir apenas la redujimos en 6,5 puntos porcentuales, lo que equivale a decir que solo 22,7 mil loretanos dejaron de ser pobres utilizando este enfoque. El promedio del año 2012 para los departamentos de la selva fue de 56,8%. Bajo este enfoque, Loreto se ubica como la segunda economía departamental más pobre del país, superando solo a Cajamarca; Amazonas (59,8%) ocupa el puesto 5; San Martín (53,1%) ocupa el puesto 10; Ucayali (45,2%) el puesto 12 y; Madre de Dios (29,3%) el puesto 20.

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Para comprender mejor, el método de NBI consiste en verificar si los hogares han satisfecho una serie de necesidades previamente establecidas y considera pobres a aquellos que no lo hayan logrado. En su versión más simple, el método NBI utiliza únicamente información “ex-post”, puesto que no considera la capacidad del hogar para satisfacer las necesidades a futuro. Por otro lado, la serie de ventajas y desventajas del método NBI permiten intuir que esta herramienta puede ser utilizada de manera complementaria con otros métodos de medición de la pobreza.

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En ese sentido, bajo un análisis bidimensional, se puede aprovechar la complementariedad existente entre el método de LP (pobreza monetaria) destinado a la definición de políticas económicas, y el método de NBI (pobreza no monetaria) orientada a la definición de políticas sociales. Así, los resultados que se obtienen para el año 2012, en el caso de Loreto, son los siguientes: el 38% del total de la población (en el año 2007 fue 52%) es considerada pobre bajo ambos enfoques (hogares en situación de pobreza crónica total); el 32% del total de la población (en el año 2007 fue 22%) no es pobre bajo ambos enfoques (hogares en condiciones de integración social); el 27% del total de la población (en el año 2007 fue 20%), que bajo el método de LP no es pobre, bajo el enfoque de NBI sí lo es (hogares con carencias inerciales o estructurales) y; finalmente, el 3% de la población total (en el año 2007 fue 6%), que bajo el enfoque de NBI no es pobre, bajo el enfoque de LP sí lo es (hogares en situación de pobreza reciente o coyuntural).

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Con respecto a los Indicadores Antropométricos, indicadores tales como “estatura según edad” y “peso según estatura” pueden servir como aproximación a los indicadores nutricionales, o como indicadores de salud, y suelen utilizarse cuando éstos no están disponibles. El atractivo particular del método antropológico es su utilidad en estudios sobre los efectos adversos de la pobreza en la población más joven, aunque obviamente no permite realizar comparaciones de pobreza a nivel de toda la población. Al igual que en otros casos, puede criticársele a este método que, aunque la salud está correlacionada con el bienestar, no son la misma cosa. Para el año 2012, según el INEI-ENDES, Loreto ocupa el tercer lugar de los departamentos con mayor desnutrición crónica en niños menores de 5 años (32,3%); Ucayali (24,7%) es noveno y; San Martín (16,8%) es décimo sexto. Siendo la tasa promedio a nivel nacional del 18,1%. Además de existir una fuerte correlación entre pobreza y desnutrición crónica infantil, en el caso de Loreto dicha tasa es similar a la del año 2007 (aunque para ese año estábamos mejor ubicados en ranking: puesto 11), incluso en el año 2011 fue de 34,2% (es decir, la tasa fue superior). Mientras que, San Martín, entre los años 2007 y 2012, la redujo en 8,3 puntos porcentuales, y Ucayali lo hizo en 5,8. Con respecto al porcentaje de niños de 6 a 36 meses de edad con anemia, para el año 2007 representaba el 59,6%; mientras que, para el año 2012 representa el 57,3%, apenas lo redujimos en 2,3 puntos porcentuales.

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Sobre los determinantes de la pobreza en Loreto, el Instituto Peruano de Economía, en uno de sus trabajos de investigación encuentra que los determinantes de mayor impacto con respecto a la probabilidad de ser pobre en Loreto son: servicio de desagüe, servicio de agua potable, estudio superior completo, tipo de cocina, vivir en zona rural, entre otros. Con respecto al capital humano de Loreto, la probabilidad de ser pobre, por ejemplo: de una persona con solo primaria completa es de un 25,9%; de una persona con educación secundaria completa es de un 19,8% y; de una persona con educación superior completa, apenas es de un 1,8%. Ahora, si queremos relacionar el crecimiento del PBI de Loreto con la pobreza de Loreto, para el año 2012, encontramos que el incremento de 1 punto porcentual del PBI hace que la pobreza monetaria se reduzca en 0,85 puntos porcentuales.

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Como dato adicional, el coeficiente de Gini es una medida de desigualdad, normalmente utilizada para medir la desigualdad en los ingresos. Dicho coeficiente es un número entre 0 y 1, donde 0 corresponde a perfecta igualdad (todos tienen ingresos similares) y, donde el valor 1 corresponde a perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). En el caso de Loreto, para el año 2004 dicho coeficiente fue de 0,337 y, para el año 2012 fue de 0,361, es decir, aumentó la desigualdad de ingresos; mientras que, para el resto del país, en promedio, se redujo.

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Finalmente, la publicación “El Perú de los pobres no visibles para el Estado” de la Universidad del Pacífico presenta las siguientes conclusiones: Las cifras de crecimiento, pobreza y desigualdad han estado sintonizadas, generando una  percepción oficial que el Perú está muy bien. Sin embargo, los niveles de insatisfacción y conflictividad merecen tomarse en cuenta para repensar que algo no está bien. En lugar de la pobreza monetaria, el gobierno y las empresas deberían utilizar la pobreza no monetaria para afinar el diseño y la ejecución de las políticas y los programas sociales. En el Perú, 3,6 millones de pobres estarían siendo no visibles por el Estado, por no tener una visión multidimensional de la pobreza (En el caso de Loreto serían, aproximadamente, 250 mil pobres). Las cifras calculadas a partir del IPM que condensa las privaciones de las personas expresarían mejor la realidad de los excluidos. La inversión social, tanto del gobierno como de las empresas que practican responsabilidad social, podría ser más rentable, privada y socialmente, si se adoptase la visión de la multidimensionalidad de la pobreza. El uso de los recursos públicos para aliviar la pobreza multidimensional todavía es muy ineficaz por cuanto los niveles de filtración, subcobertura y yuxtaposición generan altos costos sociales y económicos para el Perú. La gran transformación, desde la visión de la pobreza adoptando la multidimensionalidad de la misma, hasta la operatividad de los programas sociales es urgente acelerarla para alcanzar una verdadera inclusión social.

*Economista y profesor universitario.

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